«Los tres voluntarios carlistas estaban chorreando agua, con las ropas pegadas al cuerpo. Traían sus armas, aun cuando el río lo hubieron de pasar a nado, buceando bajo la puente, para no ser descubiertos por los centinelas, y surgiendo lejos, en los rieles de la luna. Después habían venido agachados por las huertas, unas veces deteniéndose a escuchar cerca de las higueras y entre las viñas, otras, arrastrándose por los surcos donde dormían las codornices. Los tres habían pertenecido a la hueste de Miquelo Egoscué. Contaban que, con otros siete, luego extraviados en el monte, venían huyendo de la partida del Cura. No querían servir bajo sus banderas, después de la traición con que anduvo para juntarse con ellos y matarles el capitán. Le preguntó Don Diego:
—¿Y adónde vais?
Los tres voluntarios se miraron indecisos. Al cabo, uno se decidió con gesto arrogante:
—Vamos adonde no pueda fusilarnos el Cura Santa Cruz.
—¿Y os metéis en Otaín?
[...]
—¿De dónde eres hijo, que tanto imperio traes?
—De Viana del Prior.
—¿Y adónde cae de la España?
—Cerca de Santiago de Compostela.
Sonrió desdeñoso Don Diego:
—¡Gallego eres! ¿Por qué te dicen castellano?
El voluntario miró con reto al padre y a los hijos:
—¡Porque no estoy cavando la tierra para que otros coman! ¡Porque tenía criados en mi casa! ¡Porque hago mi ley! ¡Porque cuando un soldado va por el mundo, ya es de Castilla!
Murmuró Doña Serafina:
—En eso lleva razón, pues acá no distinguimos.
También estuvo conforme Don Diego:
—De Álava para allá, todo el que viene, ya forma en las partidas castellanas.

GERIFALTES DE ANTAÑO. Volumen III de 'La Guerra Carlista', XXIV, 1909. Cita extractada de: LA ESPAÑA TRADICIONAL por Don Ramón del Valle-Inclán, prólogo y edición revisada a cargo de Joaquín del Valle-Inclán Alsina, publicacion del FORO GALICIA E VALLE-INCLÁN, 2023.
